lunes, 5 de enero de 2009

El Recuento

Ha culminado ya la segunda temporada de La Vino Tinto en las canchas de Iván Zamorano. Se formó para el segundo semestre quizás uno de los equipos más equilibrados y sólidos que la noble historia de nuestra institución recuerde, y sin embargo ello no fue suficiente para cumplir con el sueño de salir campeones de la liga. Sin perjuicio de ello, nadie nos quita la firme convicción de que sí fuimos los mejores del campeonato, y que si el triunfo nos fue esquivo, fue por razones que ya son ajenas a nuestro juego, y por injusticias que no vienen al caso mencionar.

Pero nuestro segundo año consecutivo participando de esta competencia nos ha dejado activos importantes a nuestra institución; un equipo consolidado, con experiencia, calidad sobresaliente, un grupo humano inigualable, un amor incondicional por la camiseta y las fiestas, y una hinchada identificada con los colores morados de la camiseta y el dulce sabor del jolgorio. Eso, no se compra con dinero, y son pocos los equipos que pueden jactarse de contar con alguna de estas cualidades.

Pero el campeonato es pasado, y ya llegará la hora de los análisis, estadísticas y otros cuentos. Informaciones confidenciales ya hacen eco de algunas reuniones en la cúpula de la institución, y se especula que ya se comienza a trazar el camino que el equipo habrá de seguir el año que se nos viene. Pero para ello todavía hay tiempo, y para ser fiel a la realidad, lo cierto es que el pleno de la institución se ha ocupado más en enfiestarse que en otra cosa. Las celebraciones de fin de año se han sucedido unas a otras, y la intensidad de las mismas sienta un precedente difícil de superar. A uno que se nos fue (Silberstein), con su correspondiente pala de despedida, se unen dos que llegan (Pavel y Carrillo), con sus correspondientes palas de bienvenida, y el mes de diciembre fue además testigo de dos eventos memorables, como lo son el cumpleaños del más desordenado de la institución (y quizás de Santiago), nuestro Papo Peña, quien fiel a su estilo, ofreció un carrete de antología, con tocata incluída, y un mar de piscola para los valientes asistentes. ¡Y otro que se nos casa! con su correspondiente despedida del mundo de la soltería y lujuria, evento que para algunos quedará también archivado en la memoria (¡¡¡felicidades Morales!!!).

Culmina entonces un semestre más en la historia deportiva y social del club. Ya son 4 los campeonatos disputados, y en todos ellos nuestro equipo se ha instalado entre los mejores. Ha faltado la cuota de suerte, pero según el equilibrio universal de las cosas, teoría rescatada por nuestro filósofo Carrillo, ésta no debiese tardar en llegar, y una copa pronto levantaremos. Por lo pronto, a seguir celebrando la unión de este magnífico grupo, y a levantar esa otra copa, la de vidrio, con el bálsamo del alcohol en su interior.

¡¡SALUD!!

SOMOS LA VINO TINTO