lunes, 13 de julio de 2009

La historia la escriben los vencedores

Final Liga Total
La Vino Tinto 7
Pitusa 3
Domingo 12 de julio 2009
19:00 horas
Recaudación: 50 espectadores (todos tintos)

Arbitro: El Rucio

La Vino Tinto campeón. Premio: pala en Argentina.

Poco a poco se llenaban las graderías. A las 18 horas con cincuenta y cinco minutos empezaron a flamear los primeros trapos en las rejas que rodean la cancha principal del estadio. Un colorido espectacularmente morado. Parecía que La Vino Tinto era local y que muy pocas entradas les habían facilitado a su rival, nada más ni nada menos que Pitusa. Hinchada era una sola. Y cuando el equipo anda mal, la hinchada lo hace ganar reza el cántico. Hasta el momento, que no empezaba la final, ya nos anotabamos esa primera pequeña victoria. La 12 estaba con La Tinto. ¿Era el anticipo de lo que se vendría?
No se sabe. Con lo que contábamos todos era que en los grandes clásicos previos con Pitusa, ellos habían ganado en dos oportunidades, nosotros sólo una vez y la historia culminaba con dos empates. Encuentros calientes y reñidos. La Tinto iba por el campeonato y por equiparar las estadísticas.
Chano al arco, Pipe por izquierda, el Flaco como central y Coke Medel por derecha. Arriba Loro y Angelo en punta. Sonó el pitazo y, señores, a construir la hazaña.
Pitusa tenía más la pelota y más movilidad en todos los sectores de la cancha. A La
Tinto le costaba de hacerse del dominio del juego, pero mantenía la calma. Incluso cuando llegó el desafortunado gol en contra, el equipo siempre mantuvo la solidez mental.
Todo lo que se había hablado en la previa funcionaba. Inteligentes en la marca, taponeando el juego de ellos (en especial la del gordini), explotando las corridas del Coke, aprovechando los tiros a distancia de Uri-uri, aguantando arriba con El Ogro. El problema era que la pelota no entraba.
Contrariando la lógica, jamás nos resignamos ante tal situación. Era una final y la gran virtud de La Vino Tinto fue su capacidad psicológica. Es ahora cuando uno se pregunta si alguna vez con el marcador 0-1 alguien se sintió en desventaja. Ni Pitusa se sintió ganando pareciera ser. Lo que se venía era el guión perfecto.
Llegaron los goles y nos fuimos al ST con una ventaja mínima. 2-1, apretado, merecido por la cantidad de situaciones generadas. Resultado traicionero que imperiosamente había que aumentar.
La historia que continua es la que seguramente van a conocer sus hijos y nietos: La Vino Tinto se transformó en una aplanadora, obra de la sapiencia, del talento, del sacrificio, del orden, de la pasión y mística.
Con la misma receta que la del PT se llegó a estar 4-1 en ventaja. La impotencia de Pitusa trajo como consecuencia el juego violento y la deslealtad. La institución vitivinícola cayó en la trampa tan sólo cinco minutos y eso bastó para que el rival estrechara las diferencias hasta ponerse 4-3. Los fantasmas salieron arrancando una vez que se dieron cuenta que no tenían por dónde apropiarse de nuestras almas. La Tinto estaba blindada con una coraza de fe ciega y ambición monumental.
Después de la confusión momentánea, nuevamente nos uniformamos y con la actitud de carnívoros salimos a destrozar la presa, que a esa altura yacía de desesperación y nervios.
La Vino Tinto empezó a mover la pelota. Tiki-tiki-tiki-tiki en la cancha. Ole-ole-ole-ole en la tribuna. Cuando el árbitro decretó el fin del partido, el 7-3 a favor era el vestigio de la batalla desplegada.Lo único que seguía era celebrar. Celebrar a este grupo que en cinco temporadas a sabido de grandes triunfos. Celebrar que se campeonó de manera invicta. Celebrar porque la institución nació exitosa y hoy llega a la cúspide de su gloria. Y como le gusta a este equipo, celebrar por celebrar.
La cancha se copó de hinchas que quisieron celebrar la corona. Empezaron los montoncitos, los cánticos, los abrazos, la lluvia de champaña, los flashes y lo más importante: los toqueteos.
La celebración se fue encaminando a medida que llegaron las cervezas y las promos al recinto. Gatorades con nuevos sabores y más isotónicos que nunca calentaron los hígados de quienes hasta hace un rato se habían jugado la vida en la cancha.
Y la noche tomó rumbó. El equipo alzó la copa y sin chistar terminó brindando en ella a altas horas de la madrugada.
La prensa ha intentado desesperadamente contactar al plantel, pero un comunicado emanado a los medios directamente desde la sede de la institución les hizo saber que La Vino Tinto hoy acusa lesión. Como lo dijo una de las figuras de ayer, la pérdida de masa encefálica hace que sólo podamos hilar dos palabras.

CAMPEOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOÓN... ALCOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO...