miércoles, 28 de octubre de 2009

Los Campeones a Mendoza


Nuestra noble institución ya luce en sus vitrinas una copa de CAMPEÓN. Tras un brillante primer semestre, finalmente La Vino Tinto pudo celebrar un cierre de temporada alzando la copa de Campeón del Apertura. Mérito para el equipo, los hinchas y todos quienes se sienten identificados con los morados colores de nuestra institución. Para algunos se hizo justicia, no sólo porque se mostró el mejor fútbol de la liga, logrando resultados notables en lo deportivo, sino porque hace ya varios campeonatos se venía mostrando una calidad en el juego que situaba a La Vino Tinto por sobre el resto de los equipos, pero que por alguna u otra razón, no se reflejaba en los resultados de la post temporada.

Pero se logró el objetivo. Se ganó con autoridad, se demostró que tenemos todo lo que un equipo grande debe tener, y por fin se pudo responder a las expectativas. Y junto a la Copa de Campeón, vino la oportunidad que muchos de por acá estaban esperando: poder demostrar la categoría en el extranjero. Clavar la bandera morada en tierras trasandinas, y llevar todo el glamour de este selecto grupo de deportistas y eximios bebedores a Mendoza.

Y así llegó la madrugada del primer día de octubre. Gran prensa se congregó en el Aeropuerto de Santiago, y el plantel casi completo de La Vino Tinto (salvo algunas ausencias justificadas) se embarcó rumbo a Mendoza. Muy reservados en sus declaraciones, sólo algunos integrantes del plantel tuvieron palabras para la prensa. "Tengo sed", manifestaba escuetamente el delantero DZ, mientras que Papo Peña deconcertó a todos con una curiosa frase: "¡¡¡Fernet con Raga!!!". Bianchini se veía extremadamente ansioso, y Rios inusualmente nervioso, sobretodo al pasar por Policía Internacional. "Espero encontrar buenas bibliotecas", fueron las únicas palabras del siempre prudente Cámbara. Steffan, por su parte, lucía un nuevo cintillo. El único integrante del plantel que habló largamente con la prensa fue Zancudo Draculón Silberstein, quién tras dos horas y media de conversación tuvo que ser apurado por sus compañeros de equipo para no perder el vuelo.


Algunas versiones de prensa indican que el comportamiento del equipo en Mendoza fue "desastroso y lamentable". Mientras, otros manifiestan que estos "embajadores" en tierras trasandinas han dejado muy bien puesto el nombre de Chile, demostrando comportamientos ejemplares y muy buen gusto. Sin embargo, los números hablan por si solos: No hubo detenidos, ni deportados. Los hospitales no supieron de nuestra presencia, y salvo una guitarra que pereció producto del intenso trajín, no existieron mayores pérdidas. El resto de los detalles, quedará sólo en el inconsciente de quienes tuvieron la inolvidable experiencia de compartir cuatro extraordinarios días celebrando la obtención de la primera copa que figurará en las vitrinas tintas.