Entre Hermanos fue más fuerte

La Vino Tinto: 7
Entre Amigos: 3
Penúltima fecha de grupos

Mucho ruido y muchas nueces. Desde el domingo pasado que se venía hablando del partido. Había un tal Urbina que jugaba y harto. Que tenemos, por primera vez, muchas bajas en el equipo (tres). Que son altos así es que juguemos de la cintura para abajo. Que ellos se juegan la clasificación y van a entrar a matar o morir.
Todo eso ocurrió. Sí, el Profe los había visto jugar y sabía con lo que se iban a enfrentar sus dirigidos. Pero haciendo las facetas de futurólogo, plantó a un equipo que supo jugar, meter y, por sobre todo, aplicarse.
La Vino Tinto abrió la cuenta antes que el árbitro pitara el inicio del juego. Tres goles, raros, en muy pocos minutos disputados y al rival se le iba el partido cuesta arriba. Por eso se vinieron con todo y eran ellos los que dominaron gran parte del primer tiempo. Pero los que hacían los goles eramos nosotros, los sublíderes del grupoo B, los amantes del vino. Supimos opacar el talento del rival, la defensa ganaba por arriba y los de adelante volvieron locos a sus jugadores de quite. Con el 4-0 y descanso hubo modificaciones. Felipe, lesionado, salió. Guatón jugó más adelantado y turnaba en el puesto con Jeremy (de gran partido y lindos goles). Atrás la cosa cambiaba en el esquema con el debut de Altomonte como central y Lorito pasó a jugar por la banda derecha.
Los primeros minutos del ST iban a servir para acomodarse, pero un error -no sé si error, la estatura de ellos era anormal incluso para Manu- permitió que rompieran el cero. La capacidad de reacción, y esto se destaca, de La Vino Tinto deja confundidos a cualquier equipo que la enfrenta. Los manuales de fútbol indican que cuando el equipo que pierde mete el primero, después te ataca hasta con los suplentes, pero ojo que con nosotros es distinto. Respondimos con gol y eso anula todo intento de subversión del rival.
Tudo bem, tudo legal (aprendimos algo en la gira a Brasil ¿ven?). Hasta que una chuleta, de parte del mejor jugador de ellos, voló con destino a la nalga izquierda de Gordo Ríos. ¿Se va expulsado y quedamos con una más? No señores. Guatón respondió infantilmente con la misma moneda y los dos tuvieron que ver el partido de afuera. A aprender de los errores Gordo, seamos más astutos que los demás.
Desconcentrados por el momento de tensión, y porque la cosa estaba lejos de terminar -recriminaciones por aquí y por allá- bajó el nivel futbolístico del encuentro. En un comienzo, con los dos equipos con cinco, La Vino Tinto concretó una nueva pepita y se pensó que todo estaba a favor. Sin embargo, ellos se acordaron que estaban quedando fuera de los playoffs y empezaron a mover la pelotita. Los viñateros habían hecho todo el desgaste y no daban más. Llegaban con lo justo en todos los embates de Entre Amigos. Pusieron el partido 7-3 pero ya era tarde, La Vino Tinto no iba a entregar nada. Quizá el rival nunca entendió que los Amigos, los realmente amigos (hermanos, si me permiten), eran los que celebraron en un rincón de la cancha 1.