La Vino Tinto: 1er lugar en las clasificatorias

La Vino Tinto: 6
Deportes Chiñihue: 5
Última fecha fase regular

Nuestro onceavo partido del campeonato en las canchas del bambam estaba por comenzar. Supuestamente iba a ser un partido relajado, con hartas bajas, sin más intenciones que pasarlo bien cosa de cuidarnos para los playoffs. El puntero de la tabla, Juris Doctor, parecía intocable con dos puntos por encima de nosotros; tres si es que empataban y cinco si es que vencían. Sin embargo, en un sorprendente partido Doña Ita se imponía por un gol encima de ellos. Entre las pololas y familiares de los doñaitenses figuraba el plantel completo de La Vino Tinto, gritando a todo pulmón y animando al equipo que alguna vez fue nuestro rival. Y sonó el pitazo final y el resultado abrió una oportunidad en nuestros corazones: la posibilidad de clasificar primeros para los playoffs.

El frío intenso calaba hasta los huesos, daba la impresión de que estuviéramos en Islandia o en algún país nórdico. Nuestro rival era Deportes Chiñihue, un pequeño equipo que con 3 partidos ganados y 6 perdidos auspiciaba un partido relativamente ganable. Pero iba a ser una tarea ardua: La Vino Tinto distaba de estar con equipo titular. Felipe Uribe, en desmedro de su desgarro, jugaría de portero; Matías, Manuel y Angelo comenzarían defendiendo y David Con Jeremy se encargarían de llevarnos a la victoria en el área contraria.

Pitazo inicial ¡y a jugar! El profe saltaba ansioso en el costado, mientras dentro de la cancha la pelota pasaba de un bando a otro en lo que sería uno de los partidos más polémicos de la liga. A pesar de algunas fisuras en la defensa vinotintera, la estructura estaba funcionando relativamente bien; sin regalar muchas pelotas y tocando harto, había juego favorable para nosotros. Casi tan rápido como el profe acaba una piscola, La Vino Tinto anotó el primer tanto, cortesía de J.S. Se hincharon los pechos y los corazones se llenaron de jolgorio ante el primer paso para llegar a la cima de la tabla. "¡No nos confiemos, cabros!" aleteó un defensa. Y con mucha razón: poco tiempo después, Deportes Chiñihue se aprovechaba una desprevenida defensa y anotó el gol del empate. Los ánimos se ensombrecieron y nos quedamos mudos frente a un pequeño equipo que, si bien era colista, no regalaba ni una pelota y corría endemoniadamente. Y vino el 2 a 1, nuevamente fruto de la habilidad jaramística, pero la felicidad no duró mucho pues poco tiempo después fuimos empatados. Pelotas para acá y pelotas para allá, terminó un frío primer tiempo en la cancha número uno con un sórdido pitazo.

"Estamos jugando muy callados", "estamos desordenados, cabros", "¡tienen que gritarnos desde fuera de la cancha!", "pasémoslo bien y juguemos tranquilos y ganamos". El empate no era muy buen presagio, y tampoco lo era la poca comunicación que hubo hacia el final del primer tiempo. La Vino Tinto debía espabilarse si quería alcanzar la victoria, y no sería tarea fácil.

Comenzó la segunda mitad del partido, y la balanza se inclinaba de un lado para otro. Los ánimos comenzaron a calentarse, y la cantidad de roce y faltas aumentaban enardecidamente. Pavel, el otrora arquero vinotintero, debutaba en la defensa, y Manuel y Matías entraban hasta con el alma a luchar por las pelotas disputadas. Hasta que la tenacidad y perseverancia premiaron a los tintos: en una muy buena jugada, A.B. logró burlar al arquero contrario y renovar las esperanzas con el 3 a 2. Más y más fouls coronaron de tarjetas amarillas a Deportes Chiñihue, mientras La Vino Tinto jugaba astutamente en silencio. Por poco y nos despluman a un lorito, que terminó postrado varios minutos en el suelo a raíz de un sucio foul rival. Pasaron pocos minutos y D.Z., luego de varios tantos en la punta de la lengua, consolidó lo que parecía ser el triunfo con un disparo a quemarropa (habrá que ver si le permite volver a la tabla de goleadores), que instauró un cómodo 4 a 2. La barra daba vítores con la bandera a sus espaldas, más tinta que nunca, y todos comenzamos a ver el reloj. Dentro de la cancha los jugadores estaban dando la vida, y un descuido dejó el marcador 4 a 3. ¡No se iban a dar por rendidos! Y nosotros menos.

Luchando cual vikingos en la cancha, la fiereza vinotintera abrió una nueva oportunidad de gol, que A.B. diestramente aprovechó para sentar nuevamente la ventaja de 5 contra 3. Ni que fueran mulas o panteras con trago, la porfía de los contrarios no arreciaba y buscaban por los medios que fuere el empate, sin importar cuántas piernas o canillas hubiera en el camino. En desmedro del gran desepeño de F.U. en el pórtico morado, la agresividad chiñihuense causó confusión y de alguna manera el balón entró entre las vallas, una vez más estrechando la diferencia. Estos furiosos jugadores se aferraban a la vida con colmillos y garras, y no cedían terreno. Acto seguido, un supuesto codazo a un jugador contrario fue el comienzo de una jugada que le daría el triunfo a La Vino Tinto, con el sexto gol que P.A. diligentemente se encargó de acomodar en el arco enemigo . Pero surgió la polémica por el jugador caído, y comenzaron los empujones, gritos y alegatos. El equipo contrario estaba fuera de sí, dispuesto a todo con tal de que se reivindicase la supuesta falta en contra de su integrante. Tuvo que ingresar un contingente importante de garra tinta a sentar el orden, y a pesar que no hubo expulsados el partido se reanudó con un ambiente tensísimo, donde las patadas chiñihuenses merodeaban en busca de excusas para lesionar a nuestro equipo. Otro gol contrario, que dejó el 6 a 5, pero ya era demasiado tarde. El añorado pitazo dio fin al partido más sangriento en términos de goles de toda nuestra historia, y asentó la racha ganadora con la que veníamos hasta el momento. Los playoffs casi se pueden palpar, y los miembros de La Vino Tinto ya juegan con la idea de ver esos pasajes a Buenos Aires en sus manos. Aún queda mucha sangre por derramar como para cantar victoria, pero la pasión y la trascendencia de este equipo van más allá de lo que se ve en la cancha. Y nosotros lo sabemos.


¡¡¡AGUANTE LA VINO TINTO!!!